Inmaculada Ocaña, nos ayudar a conocer como se ha vivido todo el proceso por el que los catecúmenos han recibido los Sacramento de Iniciación Cristiana. Asimismo, nos cuenta como se ha sentido en este momento histórico para nuestra Diócesis, siendo además una de las primeras que recibe ministerio instituido de catequista.

1 – Has vivido todo el camino junto a los catecúmenos. ¿Qué has sentido cuando pudiste presenciar como recibían los Sacramentos de Iniciación Cristiana?

Mucha emoción, después del proceso vivido llegar a ese momento en el que se sentía la presencia de Dios con nosotros y la de toda la Iglesia que los acompaña. Han sido 12 regalos que Dios ha hecho a nuestra Diócesis. Personalmente he estado con los que estaban en nuestra parroquia todas las semanas en catequesis y he asistido a todos los ritos que se han celebrado. Los ritos de preparación inmediata por la mañana del Sábado Santo que los prepara para recibir el Bautismo, fueron también de mucha intimidad y fe. Se realizaron los ritos del Effetá, la elección del nombre y la unción con el oleo de los catecúmenos.

2 – ¿Cómo has vivido todo el proceso que han realizado los catécumenos?

Con mucha ilusión y entrega. Cada semana teníamos que preparar con mimo y cariño los temas que íbamos a tratar desde los mandamientos hasta el credo en profundidad, además de saborear la Palabra de Dios. Siempre desde la oración y meditando todo lo que se iba a tratar para que ellos llegarán a entender la importancia de lo que estábamos explicando. Siempre buscando ese lado del prisma en el que nunca te has fijado. Ellos se han sentido acompañados y han profundizado en su fe, pero también me han enseñado a mirar de otra forma en lo que creo. También ha sido muy importante la presencia de los sacerdotes en cada una de las catequesis. Cada semana nos hemos encontrado con Cristo y Cristo ha renovado nuestra pobreza para hacerla nueva. Ahora en el período de Pascua se sigue con las catequesis mistagógicas en la que se preparan los sacramentos.

3 – Como mujer de fe, ¿cómo piensas que te ha enriquecido el formar parte de esta formación de los catecúmenos?

Simplemente me ha ayudado a profundizar en mi fe, a encontrarme con Dios de otra forma, a renovarme interiormente. A ser constante, a orar con más intensidad , a servir a los hermanos desde la humildad del que también aprende con ellos y a preparar las catequesis y los ritos, además de la celebración de los sacramentos con la esperanza puesta en que damos el ciento por uno.

4 – ¿Qué le dirías a esa persona que por cualquier motivo no quiera dar el paso y recibir los Sacramentos de Iniciación Cristiana?

Sin Dios hay vacío y soledad, con Dios hay amor y esperanza. Todos los creyentes que formamos la Iglesia los acogeremos y los acompañaremos para que tengan un verdadero encuentro con Cristo. Les diría también que no tenga miedo a ser hombres y mujeres nuevos.

5 – Siendo madrina de uno de los que recibieron los Sacramentos de Iniciación Cristiana. ¿Cómo has vivido esta Semana Santa? ¿Y la Pascua cómo está siendo?

Ese ha sido el mayor regalo de este proceso, que uno de los catecúmenos te pida ser su madrina. Cuando los oyes te das cuenta de la importancia del proceso de acompañamiento que haces con ellos y como de forma espontánea surgen esos lazos que os unen y te muestran con generosidad lo felices que se sienten de esto. Esta Semana Santa ha sido intensa porque ellos han participado de todas las celebraciones y diariamente los hemos preparado cada día para que viviesen la Semana Santa con verdadera fe.

Como madrina y catequista, la Pascua está siendo un tiempo de alegría por los sacramentos que han recibido y también para ayudarlos a orientar su vocación dentro de la Iglesia.

6 – Has vivido el recibir el ministerio instituido como catequista. ¿Qué siente tras aceptar esta misión en la Diócesis?

El día 21 de enero sentí como Dios me había acompañado todo el tiempo que llevo como catequista, empecé con tan sólo 15 años. He sentido como ha estado y está a mi lado, como me muestra el camino que debo seguir. Me siento amada, cuidada y protegida por Dios; y con una gran responsabilidad de un ministerio laical en que recibes la bendición de manos del Obispo.

Puedo decir que el Señor ha estado grande con nosotras, porque todas somos conscientes de su presencia en nuestras vidas.

7 – En todo esta vida de fe como catequista, ¿has sentido la presencia del Señor en algún momento, situación o anécdota que te haya ocurrido?

En muchos momentos, sin la presencia del Señor en la catequesis no habría catequesis.

Además del catecumenado de adultos, doy catequesis de iniciación cristiana a niños de 11 a 14 años en la Parroquia de Santiago.

Del catecumenado de adultos me quedo con dos : la catequesis en la que hablamos del pasaje del Evangelio cuando María estaba con San Juan los pies de Jesús en la cruz y les preguntamos por sus madres. Fue una catequesis muy especial sobre la Virgen. Y también cuando descubrieron que con el Bautismo serían hijos de Dios y formarían parte de la Iglesia. Han sido momentos de presencia fuerte del Señor.

De los más pequeños podría contar muchas, pero me quedo con los momentos de oración y canto en los que te das cuenta como exteriorizan su fe, como le piden al Señor o a la Virgen desde la sencillez de su corazón.

Y te cuento la última a modo de anécdota. El más pequeño que tengo en catequesis, me preguntó el Domingo de Ramos si hay mujeres “apóstolas” en plena Misa. Me salió una sonrisa y le expliqué había mujeres que seguían a Jesús, pero que apóstoles sólo había hombres. Y me vuelve a preguntar pero no te hablo de ahora, sino de antes de la época de Jesús. Así que lo invité a que buscara por internet quienes era las mujeres que seguían a Jesús hace 2000 años y le expliqué que hablaríamos en catequesis del asunto.