Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, presidió la Eucaristía donde se vivió este rito, que es puerta para que durante la Cuaresma los elegidos se preparen para así en la Vigilia Pascual reciban los Sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación.

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En la jornada de ayer, primer Domingo del tiempo litúrgico de la Cuaresma, la Diócesis vivía un momento histórico. La Santa Iglesia Catedral, era testigo de la primera vez que se celebraba una Eucaristía con el Rito de la elección. Presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, esta celebración fue muy especial, tanto para los que recibían este rito, como para familiares, pero también para los fieles allí presentes que querían acompañar a estas personas que decían sí a Cristo, de esta forma se preparan durante la Cuaresma para recibir en la Vigilia Pascual los Sacramentos de Iniciación Cristiana.

En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez, ha recordado el recorrido que han vivido los que reciben el Rito de la elección, destacando que la Iglesia como madre los acoge, tras vivir ese encuentro con su hijo que les hará recibir los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, y así transformar sus vidas. Asimismo, ha subrayado el agradecimiento tanto a los que recibirán el Rito de la elección, como a la familia diocesana, la cual le toca acompañar a estos nuevos hijos de Dios, para así seguir descubriendo lo que el Señor quiere de ellos. Igualmente, siguiendo con esta idea, ha explicado el recorrido que queda por delante, donde pasarán distintos ritos en sus parroquias hasta desembocar en la Vigilia Pascual.

Por otro lado, mencionando lo que la Iglesia nos pide en el I Domingo de Cuaresma, ha destacado que la vida cristiana es combate, ya que como nos muestra el Evangelio, debemos seguir el camino que nos marque el Espíritu Santo, y así en comunión con Cristo, aunque seamos tentados, teniendo al Señor seremos capaces de vencer al mal y salir victoriosos. Igualmente, ha destacado otra idea, que es el no tener miedo a ser tentado, ya que así iremos superando las distintas pruebas de la vida, y de esta forma iremos entrenando nuestro corazón para acercarnos más a Cristo y así ensancharlo con su amor.

En otro orden de ideas, ha recordado a los catecúmenos que tengan confianza en el Señor, ya que Él es fiel y cuando sella un pacto nunca lo rompe. Es decir, nosotros podremos fallar, pero Cristo siempre los acompañará para así incluso en las dificultades podrán ser capaces de encontrar la paz en el corazón. Asimismo, ha mencionado que tras recibir los Sacramentos de Iniciación Cristiana, esto no acaba, sino empieza con la tarea que tenemos todos, evangelizar.

Por último, ha destacado la figura de María, nuestra madre, ya que con ella comenzamos y también finalizamos, siendo así protectora de cada uno de nosotros, y puerta para llegar hasta su Hijo.