El Convento de la Purísima Concepción, sede de la Orden de la Inmaculada Concepción en nuestra Diócesis, ha acogido la celebración de la santa Beatriz de Silva.
La Iglesia celebra en el día de hoy a la santa Beatriz de Silva, nacida en Portugal, destaca por la fundación de la Orden de la Inmaculada Concepción, conocidas como Concepcionistas Franciscanas, las cuales están presente en nuestra Diócesis en la localidad diocesana de El Puerto de Santa María. Hasta allí se ha trasladado Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, quien ha querido celebrar junto esta realidad un a Eucaristía en este día tan importante.
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En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez ha mencionado que las festividades, en este caso de la fundadora de una Orden nos da la oportunidad de recordar como fue ese primer encuentro con Cristo, en el que escuchamos su voz y elegimos su camino siguiendo así su voluntad. Asimismo, ha destacado la importancia de saber que los santos son modelo porque ellos acogieron la Palabra de Dios y la llevaron a cumplimiento.
Por otro lado, mencionando las distintas lecturas que la liturgia nos trae, ha destacado distintas ideas. La primera de ellas es la sabiduría, que la sacamos de la Primera Lectura y Salmo, donde hablamos de uno de los dones del Espíritu Santo. Es decir, se trata de saber saborear a Dios que lo es todo para el corazón humano, haciendo que podamos discernir y así seguir el camino que Él nos pide. Esto lo vemos ejemplificado en santa Beatriz de Silva, quien supo esperar en el Señor, y saber discernir a lo que Cristo le llamaba.
En otro orden de ideas, ha subrayado de santa Beatriz de Silva, que a través de su ejemplo vemos que una vida regalada a Dios, nos da un camino lleno de frutos, ya que en Él debemos poner toda la confianza, siendo esta la única forma de llenarnos del amor de Dios. Asimismo, ha recordado, mencionando la Segunda Lectura, que nuestra alegría nace de Cristo, y no en los bienes terrenales y temporales.
Por último, mencionando el Evangelio, ha recordado la importancia de saber que si nos dejamos de llevar por Cristo y tenemos todo nuestros sentidos en Él, podremos profundizar en la Palabra de Dios y así dar frutos.
