Entrevistamos a uno de los seminaristas que este domingo 17 de diciembre a las 11hrs en la Santa Iglesia Catedral recibirá el ministerio del acolitado, de manos de Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.

1 – Este próximo domingo 17 de diciembre recibes el acolitado, un paso más en el Seminario. ¿Cómo te sientes?
Muy bien, con mucha ilusión. Siempre la recepción de un ministerio es una alegría, para el candidato al sacerdocio, como es nuestro caso, y para el resto de la Iglesia.

2 – En todo este recorrido en el Seminario Diocesano, ¿qué ha supuesto para tí? ¿Has sentido como Cristo va conformando tu corazón preparándolo para llegar a este momento?
Pues tras seis años en el seminario es cierto que uno nota, y puede comprobar como el Señor le ha ido configurando y haciendo crecer en ciertos aspectos, aunque es cierto que al ir afinando en esos determinados aspectos uno puede comprobar como van apareciendo cosas nuevas en las que ir creciendo, siempre hemos de pedir al Señor que nos configure conforme a su Sacratísimo Corazón.

3 – Ya recibiste el lectorado, la importancia de la lectura de la Palabra de Dios. ¿Cómo te has sentido ejerciéndolo?
Hoy día es normal que en nuestras celebraciones litúrgicas cualquier persona sin el ministerio acabe ejerciendo el mismo, pero es cierto, que una vez recibido el lectorado, uno siente una responsabilidad para con la Palabra de Dios, un estar ‘cosido’ a la Sagrada Escritura, como nos comentó un sacerdote. También una cierta responsabilidad, de que por la correcta proclamación de la Palabra puede llegar el Señor con más facilidad a su pueblo.

4 – A partir del 17 de diciembre recibirás el acolitado. En este caso tienes la misión de servir en el altar a los sacerdotes y diáconos. Que bonito es servir en el lugar donde Cristo se hace presente ¿verdad?
Si, siempre es un privilegio estar junto al Señor y ser partícipe de manera activa de las celebraciones litúrgicas, especialmente de la Santa Misa.

5 – Por último, me gustaría que a pocos días de la celebración del acolitado mandes un mensaje a esos jóvenes y no tan jóvenes que están pensando en seguir la vocación del sacerdocio.
Simplemente decirles, como dice el Señor a los discípulos, y tantas veces recordó san Juan Pablo II, que no tengan miedo, el mejor lugar, lo que nos hace verdaderamente felices a todos, es seguir la voluntad de Dios, nuestra felicidad pasa por conformar nuestra voluntad a la de Dios. Que no teman preguntarle al Señor que es lo que Él quiere de cada uno de ellos, fundamentalmente se trata de ser santos. Todo esto no merece la pena si no es para ser santos, y me gustaría aprovechar estas líneas para pediros a todos que receis por la santidad de sacerdotes y seminaristas, ya no sólo de nuestra diócesis, sino de todos en general.